jueves, 25 de diciembre de 2014

Nunca más.

Nunca te enamores de un poeta muerto, porque sabrá conquistarte sin mirarte. Porque sabrá hacerte el amor sin tocarte.

Nunca te enamores de un poeta muerto, porque jugarás entre sus versos y heredarás su soledad.
Nunca te enamores de un poeta muerto, porque te interpondrás entre su abismo, y de ahí, de ahí, no sabrás salir jamás.

Nunca te enamores de un poeta muerto, porque te faltarán precipicios a los que asomarte y te sobrarán acantilados a tus pies.

Nunca te enamores de un poeta muerto, porque sabrá como nadie todos tus defectos y virtudes, porque conocerá todos los secretos enterrados en tu piel y sabrá como utilizarlos en tu favor y contra.

Nunca te enamores de un poeta muerto, porque acabará por hacerte inmortal, congelarte en su tiempo y espacio y llevarte al límite de galaxias desconocidas.

Nunca te enamores de un poeta muerto, porque te querrá libre pero sabrá tensar los hilos como nadie.
Dar vuelta a los engranajes y oxidarlos hasta el desgaste de su existencia.

Nunca te enamores de un poeta muerto, porque leerá tus pensamientos en voz alta y descifrará cada palabra minuciosamente hasta el hartazgo. Y los plasmará en su viejo cuaderno desgastado de revolcones y charcos.

Nunca te enamores de un poeta muerto, porque te será infiel con su tristeza, con la que te pondrá los cuernos cada noche. Porque por más que intentes, su único consuelo será el papel por el que se desangra. Porque vivirás entre insomnios a tiempo completo.

Nunca te enamores de un poeta muerto, porque mayoritariamente pensará su pasado en presente y futuro perfecto. Y tus tiempos se volverán algo más imperfectos.

Nunca te enamores de un poeta muerto, porque acabarás viendo su reflejo en el espejo cuando te mires a tí. Porque acabarás poseyendo sus manías y rarezas, sus vicios y similitudes. Porque pisarás asfalto siempre que puedas, sin resguardo de la lluvia.

Nunca te enamores de un poeta muerto, porque tus colores se teñirán de grises e irán degradando. Porque obtendrás una visión borrosa del arco iris y tus filtros no pasarán del blanco y negro apagados. Porque sus dudas y sus miedos serán más grandes que tu luz, y acabarás consumiendote en una eterna incertidumbre.

Nunca te enamores de un poeta muerto, porque éste, se alimenta de vida y te la está quitando.
Porque siempre echará su mierda en tí como a un saco de basura. Pero sabrá recompensarte con un par de poemas bonitos y tú, seguirás cayendo en la misma trampa una y otra vez.

Nunca te enamores de un poeta muerto, porque querrás salvarlo continuamente, porque querrás alejar sus demonios y a sí mismo.
Y acabarás abriéndoles tu puerta.
Porque querrás prevenirlo de las guerras y las tormentas.

Pero, ¿sabes qué pasa? Que aquel que no quiere salvarse no puede ser salvado,
y no lo salva ni Dios.


@MariaTBLennon

sábado, 29 de noviembre de 2014

Causa de la muerte...

No quiero volver a oír hablar del tiempo,
ni de los baches en tu espalda,
ni de senderos a plena luz del día,
por recorrer,
en tus costados.

No quiero avanzar y oír que todo ha terminado y que la vida sigue.
No quiero saber de semáforos en rojo,
y por reparar.

Ni de relojes de arena,
que acaba,
que se desvanece,
que se deja llevar por un viento que no conoce esperas, ni nombres.

Prefiero el mar,
tan eterno,
y tan vacío,
y lleno a la vez.
Y tan reconfortante,
tan tú.

Prefiero cerrar los ojos y sumergirme,
y comprobar que la nada puede sujetarse en mis manos,
y en la sal de mis ojos,
y en la sal de mis labios.

Hablemos de oportunidades (y de intenciones),
decirte que pretendo levantar murallas solo para destruirlas a tu paso,
Que pretendo enredarme entre las sabanas de tus manos sin nunca dejarme atrapar,
correr hacía ninguna parte con la conciencia sucia, a sabiendas que aún esperas en la meta final.
Y lanzarme al vacío, repetidas veces, porque sé que tus brazos estarán en este extraño fondo,
para sujetarme.

Asomarme a ese abismo sin miedo al empuje, sin miedo a la caída, al dolor;
sin miedo al miedo.
Saltar los puentes, los trenes, aviones, aeropuertos, que se presenten.
Y tocar la llama, y no quemarme, y no sentirla, y creer que nunca estuvo ahí.
Y jugar con las luces, en plena noche y evitar que se apaguen, que desaparezcas,
desaparecer.
Y jugar con los imposibles, y hacerlos un poco más míos,
y hacerme un poco más mía.

Que pretendo construir una carretera en tu cuerpo,
tan solo para oír satisfactoriamente ese;
''ha llegado a su destino''.

Y así poder constar en una perfecta acta de muerte,
que en esa curva;
me maté yo.





domingo, 23 de noviembre de 2014

Just keep me where the light is.

Tan solo quería agradecer, de alguna forma conoces mis funciones vitales y sabes dar vuelta a cada uno de los engranajes oxidados.
De alguna forma sabes eso de hacerme sentir jodídamente bien, como en casa...a veces incluso conmigo misma.
Agradezco la tranquilidad pues sabes tranquilizarme como nadie nunca hizo antes.
Porque sabes continuarlo todo, cerrar los malditos puntos y finales, arrancar todas las páginas para luego regalarme el perfecto libro en blanco, en el cual seguir escribiendo, algo diferente.

A veces, creo que no te comprendo y otras sin embargo te comprendo demasiado.
Pienso que en realidad, yo soy la que no me comprendo, ni comprendo nada cuando esto contigo.
Todo se vuelve un poquito menos gris y es como si fuera tiñéndose de grandes colores.
Y la luz fuera entrando un poquito más, cada vez más. Como si no pudiera pensar en nada. Me siento algo menos prescendible, importante, como si todo pudiera cobrar vida alrededor. Como si tan solo pudiera hacerlo. Simplemente que por una vez, existo en el mundo. Y dejase de ser un maldito fantasma.

Y agradezco el respiro.

Pero entonces es cuando desapareces por un instante, y el temor sabe como asomarse y aparecer.
Y comienzan las dudas, y el ''no soportaría que me hicieran daño otra vez'', el ''no soportaría que me hicieras daño otra vez'', ni siquiera soportaría el hacerte daño, yo, mi pánico práctico y mis huídas. Y piensas: ¿Por qué otra oportunidad? ¿Por qué consigues siempre hacerme sentir mejor con todo? Mejor en todo. Y a la vez un poco más débil. ¿Es solo el cariño? ¿O necesidad? ¿No dicen eso de que segundas partes no fueron buenas? ¿Eso de que la misma mierda no se repite dos veces? ¿Pero y si no fue una mierda, y si no lo es?

A veces creo que de verás me gustaría volver a intentarlo. A luchar. Entonces recuerdo que mis manos se rompieron tantas veces...
Y todo ha cambiado tanto que yo no soy la misma, no sé si es una jodida versión mejorada, creada para matar o morir continuamente.
Quizás sea bueno por mi parte, y no por la tuya.
Quizás solo quieras un nuevo títere, porque te has cansado de todos los demás.
Quizás piensas manejarme a tu antojo y tensar las cuerdas. Sabes que me dejaré dominar.
O eso crees. No lo creas. No es verdad. Y no lo será.
Probablemente te estoy subestimando o haciendo juicios falsos que carecen de algún valor, o simplemente estrujando mi cabeza.

El caso es que en mi mente suena esa pequeña alarma de peligro, que me advierte, y a la vez me hace querer arriesgarme más, suena contradictorio. Siempre fui una persona de lo más contradictoria, así es.
Pero he mirado en tus ojos, y me he visto a mí, me has reflejado en ti, y he podido observar la realidad. Y el impacto ha sido tan grande que algo en mí explotó para siempre. No sé si algo se ha roto, o se ha vuelto a reconstruir. Solo se que tus manos son extrañamente capaces de cerrar las heridas a su paso. Y de enterrarlas bajo llave. Una llave que sabes guardar. Para no dejarla a mi alcance.

El amor es una enfermedad cuya única cura consiste en una única persona. No sé si posees esa cura, no se si yo la poseo, ¿quién puede ser consciente de que es poseedor de algo así?

Pero sabes curar, como nadie ha sabido curarme antes.

Eso asusta.

Mucho.

De verás.

Es como asomarse a un abismo cuya infinidad no conoces, y no deseas conocer, nunca.







@MariaTBLennon


viernes, 21 de noviembre de 2014

My name is James Cook.

Una cosa que he aprendido es que nunca debes mirar atrás.
El pasado está muerto y enterrado.
No obtienes nada viviendo ahí.
Todo es acerca del hoy.

Pero he estado teniendo estos sueños. En ellos, nada es real.
Nada es sólido;
todo es fantasía;
jodida;
una ilusión.

En estos sueños, soy una vida que ya he sido.
El hoy no significa nada.
Hoy es sólo un fantasma que me persigue.

Estoy en el fin del mundo, al borde de las cosas.
Y pienso dejarme ir.
Pienso dejarme caer.

Mi nombre es James Cook.
Hice algo una vez.
Mis fantasmas no me dejan olvidarlo.

Una vez que corres, te acostumbras a estar asustado;
ya casi no lo noto.
Un murmuro de fondo.
Pero a veces se torna fuerte, como si alguien hubiera subido el volumen.
Tienes que sentirlo, realmente sentirlo.
Acéptalo.

Pero luego es sólo ruido otra vez.

Pero nunca dejas de escucharlo.


Jamás.

-James Cook-

sábado, 15 de noviembre de 2014

Pertenencias.

Devuélveme todas aquellas noches, aquellas en las que esperaba como una tonta la justa hora en la que llegaba a mí uno de esos mensajes tuyos y sin quererlo, me brillaban los malditos ojos.
Devuélveme las ilusiones, los sueños, la alegría, la confianza.
Devuélveme todas aquellas palabras malgastadas en vano.
Todos aquellos intentos de ser dos y no uno y medio.
Todas las razones y explicaciones que no me diste.
Devuélveme las respuestas y llévate todas las preguntas.

Y llévate las mentiras, los complejos, las inseguridades, las sombras y la tristeza.
Sobre todo la tristeza.
Llévate los miedos, las dudas, los incapaces, los imposibles y las verdades.
Llévate la realidad, no la quiero.
Llévate los besos, las caricias, las canciones, los recuerdos, esta mente idiota y rota, llévatelo todo, no lo necesito.
No quiero nada.

Nada que algún día pudiera ser tuyo, o mío, o de nadie, o de ella, o de los dos.
Llévate las murallas, los bucles y las repeticiones. Todas las piedras.
Puedes llevarte el camino si quieres. Qué más da. Ya da igual.

Pero devuélveme a mí el yo que me falta.


Solo pido eso.


@MariaTBLennon

domingo, 9 de noviembre de 2014

Losing My Religion.

Creí escucharte reír. Creí escucharte cantar. Creo que pensé que te ví intentarlo, mientras sonaba un dulce Losing My Religion de fondo, y la alegría era palpable entre líneas y versos.
Creí haberte visto ver todo lo que un día no pude, o no pudiste.
Creí saberme inmortal entre aquellos acordes y perderme en aquella galaxia vacía en tus ojos, sin lluvias de estrellas a la vista ni meteoritos impactando en mi epicentro.

Creí haber podido tocar con mis manos la serenidad y haber jugado con la armonía entre mis dedos, haberla moldeado hasta convertirla en la melodía más bella del mundo.
Creí haber confiado en las musarañas de tu cabeza, en las humedades de tus paredes y no haberme hundido con ellas.
Creí haberme perdido entre paradas, esperando el siguiente tren, para por fin, cogerlo, y no dejarlo pasar, como siempre.
Creí haber amado algo digno de amar.
Y nunca creí haberme decepcionado.

Mírame, esta soy yo, perdiendo la fe.

Cada susurro, de cada momento que estoy despierta, estoy eligiendo mi confesión.
Tratando de no perderte de vista, como una idiota herida, perdida y ciega.
Esto es solo una trampa.

Nunca creí haber luchado y rendido, ni dar más de una mitad, nunca creí que mis mecanismos funcionaran por dos y acabaran quedándose en nada.
Que no se puede dar más de lo que uno tiene sin monedas de cambio ni de vuelta.
Que los imposibles siguen siendo inalcanzables y no debí creerme capaz de conseguir aquella victoria.

Que aún seguimos ejecutando aquella novena sinfonía de Beethoven en Gran Bretaña, día tras día.
Que aún seguimos matando el tiempo a hachazos y que nunca dio resultado.
Porque el reloj siempre fue un paso por delante de nosotros y nunca se dejó atrapar.
Llenando el vaso de dudas y sin ninguna respuesta a la que aferrarse.
Desplazarnos en el abismo sin nadie que nos sacara a bailar.
Y pisarnos los pies,
y las razones,
y los sentimientos,
y el arrepentimiento.
Y salir airosos de una guerra que nunca tuvo fin, ni principio.
Ni salidas.
Nada de pasadizos secretos en tu huida. Ni de atajos para partir.
Y aún no he dicho suficiente.

Y tirarme de todos tus aviones sin paracaídas, sin nada que salvar.
Coleccionista de piedras durante el camino, de corazones cada vez más rotos, de hogueras que no llegaron a apagarse, y en las que solíamos saltar continuamente;
añadiendo fuego al humo.

Coleccionista de deudas, aumentando los intereses, reduciendo los gastos, solo para subirlos hasta las nubes, en cualquier momento, y ser un corrupto más en tu vida.
Aquel día en que la Gran Depresión Americana de aquel 29 de octubre de 1929 no tuvo nada que ver con nuestra caída.

Coleccionista de perfecciones cada vez más imperfectas y a su vez imperfecciones que siempre conservaron su perfección. Y la conservan, tan intacta que apenas sabes por qué sigue estando ahí. O por qué lo estuvo. Y si siempre lo estará. De alguna forma, sabes que no debe. Que no debes.
Pero al fin y al cabo, bicho malo, nunca muere.

¿Y qué pasaría si todas esas fantasías vinieran, sacudiéndose?

Ten en cuenta esto; el truco del siglo.
Ten en cuenta esto; el resbalón que me puso de rodillas, fracasó.

Y aún creo que pensé que te ví intentarlo.

Pero eso fue, simplemente, un sueño.

Inténtalo.



Ahora, he dicho demasiado.

@MariaTBLennon

lunes, 27 de octubre de 2014

Another day.

Estar...parado, sentado, mirando...preguntándote si la vida es algo así como un cúmulo de sensaciones o experiencias o todo junto, si es una mezcla entre aquello que queremos ser, aquello que decimos que queremos ser o aquello que somos (o fuimos). No consigo encontrarme entre la gente, en este camino que ahoga de baches y curvas, a medio gas...Me he perdido en mi propia piel, ni siquiera es la mía.

Arreglando cuentas, saldando errores, y nunca terminan de cuadrar, cada nuevo número sobrepasa un límite inesperado, desconocido.
Investigas, inspeccionando, que ha podido salir mal o mejor dicho que es lo que ha salido bien. Aprendes, te levantas, sufres.

El dolor está ahí, solamente cambia de estado. Cada día se disfraza de un color distinto y a veces (muy a menudo) suele repetir prenda constantemente. Saber que nada está escrito, o quizás todo lo esté, quizás está en mi mano hacerlo. El jodido blanco y negro, el jodido blanco y negro que oscurece

La verdad es una mentira a largo plazo y la mentira una verdad inconsciente, de esas que acaban quemando en tu propia llama. Cruzar límites, jugártela, apostar todo a nada y perder. O ganar, quién sabe. Solo sé que la distancia es eso que no nos atrevemos a mirar por miedo a quedarnos lejos. La soledad es ese miedo a desaparecer. Tachar mapas. Trazarlos. Encontrarse. Perderse. Encontrarse. Y continuar tu camino. Y prosperar. Y sentir. Y cambiar. Y conseguir. Y vivir. Y nunca, nunca, mirar atrás.

O no.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Let it Be.

Dejarse llevar.
La vida es demasiado corta como para medir distancias.
Como para vivir entre humos de relojes.
El mar a mis pies.
La sal en mis labios.
El viento en mi pelo.

Deslizándose en mi piel.

Verdades enterradas, entre olas.
Un cielo paralelo.
Y un infierno en mis manos.

Una canción que suena de fondo, y que mece mi voz al son de tus pasos.
Habla ahora o calla para siempre,
la nada es invisible a ojos que no ven,
que no creen,
que no quieren ver.

Volver al naufragio de tus versos y hundirme con ellos.
Acabar en una isla perdida en tus ojos.
Perderme y no encontrarme.
Y no pedir ayuda.
Nada de mensajes embotellados.
Ayúdame a dormir.
Estoy cansada de barcos varados en tu espalda, de tempestades a media voz.
Necesito otra calada.
Ayúdame a volver, porque hace tiempo que perdí el rumbo a casa...



martes, 2 de septiembre de 2014

Simulacro.

''Cada día te quiero más, ¿habrá un límite?''. Lo hay, por supuesto que lo hay, de hecho, lo has sobrepasado, qué digo sobrepasado, lo has masacrado, lo hemos masacrado.

Dices que esto es algo realmente serio y real. Pero lo que no sabías es que realmente esto era una ficción barata y de chiste. Un chiste realmente malo.
Lo he intentado todo pero no funciona. Creo que tú también has hecho suficiente.
¿Sabes esa sensación de sentirte un segundo plato? ¿De ser un maldito sucedáneo?
¿Una opción cualquiera, un consuelo? ¿Una simple deuda, un karma? Sí, creo que sí que lo sabes.

Me he dejado la piel, te la he regalado y apenas te conozco.
Has sido luz de esperanza entre tanta oscuridad.
Alumbrando un largo túnel cuya salida no daba al exterior.
Funcionó, ¿sabes?

Pero algunas bombillas se funden y pierden intensidad. La luz se vuelve tenue y en mi mente suena la alarma de simulacro. Y de repente, desaparece, así, sin más.
Y quedo sumida por una oscuridad ya familiar, conocida.
Y la esperanza desvanecida quema en una piel que nunca fue tuya,
ni siquiera fue mía,
quizá carezca de propiedad.

El reloj sigue atado a mis pies y ya pesa.
Estoy cansada de esperar algo que nunca llega,
de rascar piedra en este túnel que siempre vuelve a derrumbarse a tu paso.

Me quedo con el consuelo de volver a creer en algo.
De unos instantes de pura felicidad desvaneciente entre mis dedos, 
deslizándose,
como aquella arena,
en aquel reloj,
de aquella condena.

lunes, 25 de agosto de 2014

Tira otra vez.

Hablemos de cuando tus ojos se tornan lluvia y se precipitan sobre mí. De las veces que me quedé afónica a base de gritar que te quedaras y tú, básico y anémico, tan solo te quedabas en aquella vieja puerta desgastada por el tiempo y las vivencias, mirando hacia la nada, con aquella mirada incapaz en la que solamente tú conocías la dirección correspondiente, mientras susurrabas un triste y cansado <<adiós>>, que siempre sonaba a un jodido <<hasta luego>>.

Las veces que acabé muda envasando gritos y silencios al vacío, contemplando otras de tus marchas y desee estar ciega.

Las veces que perdí el tacto de no tocarte. Sorda de palabras resonantes e inútiles como si de sal en la herida se tratara.

Las veces que intenté intentarnos e inventabas miles de excusas por miedo a fallar(nos). Todos los malditos laberintos que edificaste y edifiqué y en los que siempre, y de una manera inexplicable estabas a la vuelta de la esquina. Y vuelta a empezar nuestro incansable ritual de círculos viciosos.

Me he dejado la voz en explicaciones cuyo eco era la única respuesta. En todo tipo de canciones al cantarte. Y el corazón acabo ronco de imaginarte suplicando una más.

Y entonces, apareces, y actúas como si nada, trayéndome paz en otra de tus malditas treguas que siempre acaban en una guerra aún peor. Alzo mi bandera blanca. El último cigarro y adiós. Nunca se me han dado bien las despedidas.

Aún necesito saber si queda vida después de perderte, aunque me niegue a aceptarla...

@MariaTBLennon

domingo, 15 de junio de 2014

Garantizado.

Con la rodilla en el suelo no se puede ser libre, levantando una copa vacía pido silencio. Que todos mis destinos acepten al que hay en mí.
Y así pueda respirar...

Hay círculos que crecen y se tragan a la gente que se pasa media vida diciendo ''buenas noches'' a esposas a las que nunca comprenderán. Tengo una mente llena de preguntas y un maestro en el alma.
Sí, de eso se trata...

No te acerques más o me tendré que alejar, fuerzas enormes me atraen hacia otros lugares. Pero si hubo alguien por quien me habría quedado
esa persona serías tú...

La gente con la que me encuentro está en jaulas que ellos mismos compraron. Tienen una idea equivocada de mi viaje errante y de lo que soy yo.
Tengo mi indignación, pero mis pensamientos son puros.
Estoy VIVO...

El viento sopla en mi pelo y siento que formo parte de todo.
Bajo mis pies hay un camino que desaparece, muy tarde en la noche, escucho a los árboles que cantan con los muertos en las alturas...

Confía en mí mientras busco lo que soy.
Considérame como un satélite que sigue por siempre en órbita.
Conozco todas las reglas, pero ellas no me conocen a mí.
Te lo garantizo...

                                                                                             Guaranteed- Eddie Vedder



@MariaTBLennon

domingo, 25 de mayo de 2014

Aquella llamada Aprendiz...

Siempre fui algo experta en echar leña sobre hogueras apagadas,
no sé, en poner jodidos muros frente a algunas cosas
y atravesarlos cuando me viniera en gana,
en poner límites en mi piel y no jugármela demasiado (algo que casi nunca suelo cumplir).

Nunca me importó mucho no salir ilesa, de hecho soy capaz de chocarme y tropezar mil veces en una misma piedra, de estancarme en algún perdido escalón camino hacia alguna parte. No me importan las veces que me caiga, en eso consiste el juego, ¿no?

La chica impasiva, esa a la que parece que nada le importa demasiado,
tranquila, siempre serena, no es fácil de alterar.
Sin embargo es un bucle de sentimientos encontrados y sin encontrar.
Esconde un secreto, un secreto camuflado en un pasado.
No se deja conocer del todo por miedo a que sea robado. ¿Misterioso?

Sencilla a la vez que complicada. Pero siempre natural,
es pura contradicción en sí misma, con todas las jodidas letras del abecedario.
No le importa cuantas batallas ha perdido, siempre se apunta a una guerra más.
Buscando una paz. Irónico.
Buscando verdades en el fondo de algunos vasos.

No cometáis el error de pensar que ella es débil, pues no lo es (del todo).
Pura fachada de felicidad pero nunca asume una rendición.
Intentando nadar en mares tempestuosos sin ahogarse, nadando y nadando en su contra,
la corriente la arrastra y empuja hacia atrás pero no se rinde en su intento de salir a flote.

¿Por qué no iba a conseguirlo? Siempre dicen que detrás de la tormenta sale el sol.
Sin embargo, el sol ya la ciega, quemando todas esas heridas que la sal curaba.
Se había empeñado en volar sin antes aprender a caminar, ''¿por qué correr cuando se puede volar?'' siempre decía, pero siempre acababa saltando, buscando cualquier otra alternativa.
''Me niego a ser un puto trono, yo decido donde sentarme'', ''Me niego a ser suelo, me niego a dejarme pisotear'' 

Y de negar, acabó negándose a sí misma, acabó siendo suelo, trono y tempestad, la misma tempestad que la empujaba.
Descubrió que ella era capaz de ser lo que quisiera, de controlar sus emociones, y sobre todo, su vida. Descubrió que podía ser tempestad y calma, condena y libertad.

Solo que esa era su elección. Es difícil girar el timón hacía una dirección totalmente opuesta, es difícil pero no imposible. No diré eso de: ''Si quieres puedes'', porque me parece un dicho carente de efectividad, no siempre querer es poder, pero mientras puedas, podrías querer. Piénsalo. Y naufragio tras naufragio, pudo ver un túnel, un túnel dirigente hacia algún extraño camino, hacia un final. Y así, solo así, descubrió que ella era la única dueña de su propio destino.

¿Cuál es tu final?..


@MariaTBLennon

domingo, 11 de mayo de 2014

Epitafio 505.

De un cañón como ese, salió una bala perdida como yo, un barco varado en una deriva sin timón al que agarrarse, el clavo apagado que quiso sacar un clavo aún ardiente, la deuda de platos rotos por pagar y por supuesto, el resto de las cenizas que todo tu derrumbe dejó, el pozo con fondo, y ya he tocado bastante. Ser sin estar y querer sin poder. Paradojas inútiles de la vida. Subir a trenes en plena marcha que nunca llevan a ninguna parte, vivir en los descarrilamientos de los que pasaron y las ganas de querer lanzarte al vacío del siguiente. Ser las dos caras en una misma moneda. Tu mismo polo opuesto. El lado gris y apagado frente al alegre colorido. Vivir en una jodida montaña rusa, a todo gas, con la adrenalina por las venas y sin freno ni marcha atrás. Entre la amarga incertidumbre del saber, querer, poder. Entre puentes indestructibles o a punto de derrumbarse. En el as entre la manga. En las cartas que nunca se jugaron (o enviaron). En todas las cosas que jamás dijimos ni se dijeron. Transformarme en pluma y papel, esconderme tras cada palabra, ser vacío en tinta y tinta entre tanto vacío. Volar tan lejos hasta no saber en que punto del límite me encuentro, rozar el aire y el suelo, quemarme en trazos y agua, para rescatarme en fuego, arder en llama y ceniza, entre ruina y escombros y encontrarme tras el humo desvaneciente de tus ojos.
Quizá solo otro intento de ser uno de esos poetas malditos que provocan seísmos en todo tu interior, provocando derrumbes que ni siquiera pudieron imaginar ser capaces de crear, y colocando cuidadosamente un jodido epicentro en tu corazón y en tu mente. Solo que aún me queda mucho en la escala del dolor. Sinceramente, prefiero saber de todo y no hablar de nada a hablar de todo y no saber nada. Una persona cuya estructura sea un por qué constante y sin respuesta. Avanzar sin miedo ante nada, ni siquiera ante la misma muerte, atrapar expectativas y sueños, destruir tópicos y utopías. Amasar nubes entre mis manos y darles la forma que tú prefieras. Conquistar a la inmortalidad. Dejar huellas imborrables. Saber de fuego, agua, tierra y aire en amor, vida, música y libros.

@MariaTBLennon



sábado, 3 de mayo de 2014

Etapas de vida.

Buenas, después de un largo tiempo he decidido volver a retomar mi blog, por alguna extraña razón se agotaron las ganas de seguir subiendo entradas, quizá porque mis escritos se volvieron bastante más personales pero igualmente se notaba ahí el hueco. Hablemos de huecos, esos huecos tan difíciles de llenar, quizá esos huecos que no lleguen a llenarse nunca del todo. Heridas abiertas a flor de piel a las que le queda mucho por cicatrizar. Le pones nombre a los huecos y se llenan de ausencia. La ausencia de tenerte, o no.
Y dejamos llenos los vacíos de tanto saltar en ellos, o eso es lo que parecemos (queremos) creer. Tanto revolverse entre sábanas y tantos insomnios por desvelar, tantas balas que atrapar o a punto de tiro, y somos tan inconscientes como para ponernos frente a ellas, sin más miedo que el del que el disparo no sea demasiado certero en zonas vitales de la memoria, ¿qué digo?, ¿qué más da? Cuando estás siendo apuntado, cuando el jodido punto rojo se coloca en tu frente (o en tu corazón), no importa nada realmente, ni la distancia, ni la intensidad, ni la vida, ni la muerte, ¿y qué hay de las consecuencias?, asumidas por descontado. Y entre tanto todo, se coló la nada. Dicen que nacer es otro fruto de la huida, pero sin embargo morir nos sigue dando miedo, sin darnos cuenta de todas la veces que morimos a lo largo de los días. Morir para renacer, renacer para vivir, vivir para luego volver a morir. Similar a caer y levantarse, una y otra vez. Aún me quedan demasiadas etapas por quemar, ya he quemado bastantes, y cada una te enseña algo nuevo y diferente. Sólo de pensar en etapas venideras me marea el jodido vértigo. Y nos empeñamos en saltarnos etapas, en cruzar líneas divisorias, en quemar puentes sin opciones de retorno y hasta en poner muros indestructibles frente a nuestras narices. ¿Por qué complicarnos tanto?, quizá la vida consista en complicarse, la vida ya es complicada de por sí, no necesitamos enredarla más, sin embargo, eso es principalmente lo primero que hacemos.
La niñez es demasiado despreocupada y feliz. Yo de mayor quiero ser niño otra vez, vivir tan intensamente todo con la inocencia del que no puede ver.
La adolescencia es esa etapa en la que me encuentro, en medio de cualquier trinchera, de cualquier línea de ataque, entre la nada y el todo. También vivimos intensamente, pero en este caso, ese es el problema, los problemas cobran esa vida intensamente, le damos a todo demasiada importancia y creamos mundos de cada cosa. Y no es que me considere alguien con demasiados problemas porque he leído historias mucho más tristes en algunos ojos. Tenemos la energía y el tiempo suficiente, sin embargo carecemos de dinero o capacidad para decidir determinadas cosas por uno mismo, para poder realizar todo lo que queremos.
Cuando uno es adulto tiene la energía y el dinero, sin embargo carece del tiempo suficiente. Algunos adultos se olvidan del concepto de vivir intensamente, lo sustituyen por trabajar intensamente, o por preocuparse intensamente. No se puede obtener todo.
Cuando llega la vejez uno tiene dinero, todo lo ganado a lo largo del tiempo, pero falta la energía y obtiene un reloj de cuenta atrás. Aquí es cuando uno se da cuenta de todo lo que no ha vivido, es la etapa de arrepentimientos, logros, ilusiones y desilusiones acumuladas. Has cumplido tu misión en la vida, reconfortante o no. Algunos sí que viven esta etapa intensamente, realizando todo lo que no pudieron realizar, otros, se limitan a ver a ese reloj correr y a enfurruñarse por todo lo que no hicieron.
No sé, cada etapa conlleva sus cosas, y hay que vivir cada una intensamente, vivirla a tu manera, no sea que lleguemos a la vejez y te des cuenta de que no has vivido. No empeñarnos en saltar etapas, y precipicios, siempre habrá trenes a nuestra disposición para escapar de nuestro destino, con la precaución de comprar el billete correcto, y sin embargo estar en la estación equivocada. A todos nos ha pasado, o a todos nos pasará alguna vez, todo a su tiempo. Desafiar océanos para luego hundirnos en los charcos, acierto, error. Es como jugar una quiniela, sólo que tenemos todos los números y boletos ganadores a nuestra disposición.
En mi opinión, yo creo que más que con los años, se mejora con el paso de personas.

domingo, 23 de marzo de 2014

Polos opuestos.

Mente, cuerpo y alma. Tres grandes conceptos difíciles de descifrar y totalmente incompatibles entre sí. Dicen que el equilibrio de toda persona consta en el equilibrio de estas tres, aparentemente insignificantes pero extremadamente complicadas potencias, pero a veces me pregunto si la vida no es la distancia entre lo que sé que debo de hacer y lo que hago. Siempre he sido desobediente (en algunos aspectos), hasta conmigo misma. Por lo general siempre digo lo que pienso pero no siempre hago lo que pienso, se suele anteponer algo en el camino, y en cambio, otras veces hago demasiado.

Es difícil saber que es lo correcto, lo correcto para ti, no para los demás y sobre todo saber a qué hacer caso. Siempre dicen que hagas o digas lo que sientas, pero hasta eso tiene límites y fechas de caducidad. Hacer lo que sientes no quiere decir que lo que sientas se cumpla, que soluciones el problema, a veces hasta lo complica y enreda hasta abrir una frontera, poniéndote entre la espada y la pared: ¿Qué bando debo escoger?

Admiro (y envidio, envidia sana) a los equilibristas de mente, cuerpo y alma, con sus hilos perfectos y sus decisiones correctamente tomadas. Pero a veces vivir en una constante equivocación no está nada mal, conlleva valorar más lo correcto y aprender de ello. ¿Quién dice que no pueda llegar a equilibrarme?
Me mantengo en la temblorosa cuerda, avanzando lentamente mientras dudo que dirección tomar: a un lado la crítica razón, y al otro los subjetivos y desconfiados sentimientos. Y la caída es altamente peligrosa.
A mil metros de altura de lo correcto, me decanto por hacer todo lo contrario a ello, me decanto por lanzarme de la cuerda al vacío sin pensarlo, sin valorar la dolorosa caída tan sólo hasta que el suelo roce mis pies, sin valorar la vertiginosa altura que me mantiene despierta ante la distancia entre ambos polos. Me decanto por arriesgar, y como siempre, me decanto por perder...y maldigo cada hora transcurrida en cada kilómetro en vano.

''En una lucha a vida o muerte...¿quién es más fuerte: el corazón o la mente?''

domingo, 9 de marzo de 2014

Dulce hoja caída.

Hoy hablaré de mi percepción de la vida, tengo distintas percepciones, uno nunca sabe cómo realmente es y nunca se sabrá, una extraña conocida a la que apenas ves pasar. Suelo compararla como una especie de árbol, el árbol de la vida, lleno de hojas, cada cual con una historia diferente escrita. Un gran árbol con millones de hojas a su alrededor, abarcando todo un planeta. Cada hoja contiene una vida escrita, a veces tan borrada por la lluvia que resulta casi imposible de leer, a veces tan maltratada por el viento que acabó precipitándose al suelo, una hoja caída. Historias escritas una y otra vez, buscando la acertada a la que aferrarse y echar raíces. Nunca me gustó aferrarme a nada, sin embargo algunas cosas resultan inevitables. En este árbol puedes encontrar hojas verdes, tan verdes que hasta duelen a la vista, hojas quizá algo menos verde, hojas secándose lentamente u hojas ya secas a punto de caer. Las hojas más altas en la copa del árbol parecen ser las más beneficiadas, los rayos de sol no dudan en llegar sin problemas, quizá las que han aprendido cómo llegar hasta arriba. Claro que hasta en lo más alto hay flaquezas. Las más bajas resultan ser las aprendices, las que aún les queda por subir (me incluyo entre ellas) o las que se niegan a subir. He aquí el efecto escalera, cada paso significa un nuevo escalón, vas subiendo poco a poco. Como en mi caso, algunos suelen pasarse la vida buscando el siguiente escalón, tropezando con él o en los casos más afortunados subiéndolo sin problemas, o con el mayor esfuerzo del mundo. Para llegar a la cima se empieza por los cimientos. Y tras toda una vida, escalón tras escalón, observando las hojas a tu alrededor, algunas logran subir contigo, otras se quedan en el intento, tras vencer al viento, tras vencer a la lluvia, tras cada adversidad del tiempo, llegas a la cima. ¿Para qué? Simplemente para acabar siendo nada más que otra dulce hoja caída alrededor. Pero nadie dijo que el camino fuera fácil y tampoco nunca nadie dijo que no mereciera la pena...


@MariaTBLennon

lunes, 17 de febrero de 2014

So far away.

Pues para acabar el día, a falta de una, dos. Como decía, el otro día encontré una especie de canción incompleta que escribí y no terminé, como cientos más de ellas. La dejé tal como estaba, porque me gustó como quedó así, incompleta. Me pareció bonito. Intentaba escribir sobre como sería una relación a distancia, ahora que parece que se lleva mucho. Siempre que escribo alguna canción, me transformo en otra persona, intento contar su historia y ponerme en su piel, vivirla como si fuera mía. Es como entrar en un mundo ajeno a ti pero a la vez paralelo, como si fueras la protagonista de tu propia canción aunque no sea así. Por un momento sabes como es estar en esa piel y sabes si quieres o no estarlo. Una vez escribí una sobre un vagabundo. Me gusta escribir sobre personas, una persona con un determinado comportamiento no muy usual y que me resulte curioso, cualquier cosa así. Al igual que también me gusta fotografiar a determinadas personas curiosas, sobre todo cuando es cerca del mar, mi cámara acaba llena cuando voy. Ahora pondré aquí abajo una de esas fotos y la canción, la letra la hice en inglés, no todas las hago así pero me pareció que quedaba bien...

Tell me about you
Tell me about the distance
Tell me about how shine the sun in this part of the world.
So far away, so far away.
Don't you worry about me,
I'll be there, soon.
Before the sky falls down
and hell freezes over.
Before the sun rises, I promise.
And while sound the song of our lives.
Each follows a different path.
Close your eyes, I'll be there.
Soon will join our songs, and
we will meet along the way.
So far away, so far away...








Inspiración...

Hoy voy a anticiparme y a escribir una entrada antes de la fecha en la que suelo subirlas, pues casi siempre suelo tardar una semana o dos. Hay que romper rutinas, ¿no? Si no, todo sería más aburrido. La innovación es el motor de la diversión en la vida diaria. Aunque más bien no tengo una fecha concreta para subir entradas, solamente las subo cuando me viene esa cosa tan extraña llamada ''inspiración'', algo que a veces viene por sí sólo y otras lo tienes que traer tú. Las musas son traidoras, lo mismo te dan la mejor idea del mundo que te dejan sin nada en lo que pensar. Te roban ideas y las hacen suyas, de su misma condición. Ahora, no confundamos conceptos, mucha gente se queda parada esperando a que la ''inspiración'' llegue, sin hacer una puta mierda. No todo consiste y gira alrededor de eso, lo que hace que quizá llegue es el esfuerzo y la constancia, el ponerle todo el sentimiento en lo que haces hasta convertirlo tuyo, y no de las musas, dar todo aunque a veces no recibas nada a cambio, sólo el hecho de haberlo dado, de saber que lo has hecho bien, ya es una recompensa. No dejes que el miedo te impida realizar lo que deseas hacer, pues lo único que haces es creer en ese miedo, y creer en algo que se antepone en tu camino, un obstáculo más, como si no hubieran suficientes de por sí..., hazle frente y demuéstrale quién es el más fuerte. Que nada ni nadie te quite tu manera de hacer las cosas, porque son TUS cosas y eres el único dueño de tu camino, aunque a veces escojas los caminos más pedregosos siempre habrá un pequeño atajo hacia la salida...
Y bueno, se supone que aquí yo iba a escribir una cosa que encontré el otro día en una de mis viejas libretas, en cambio, ''inspiración'', gracias por visitarme, vuelve pronto...

@MariaTBLennon

jueves, 13 de febrero de 2014

"Personas" y "gente".

Aunque parezca lo mismo, para mí, ambos son dos conceptos totalmente diferentes. "Persona" es algo así como la cara buena de una moneda. Cara o cruz. "Gente" es la parte opuesta, la cruz en mi lista de tachones imborrables. Siempre que quiero referirme a alguien en concreto, intento diferenciar entre una cosa u otra. No soy muy partidaria de las clasificaciones sociales, pero no creo que esto se considere como tal. Mi mente va clasificando uno a uno, personas y gente, continuamente. Si te paras a pensar, "gente" no es una palabra especial, es igual tanto en plural como en singular, abarca a todos, algo común. Suena a una especie de palabra despectiva. Gentuza. Por el contrario, "persona" suena totalmente diferente, es como si se refiriera a alguien en concreto, más especial, suena a variedad, cada persona es un mundo. Es triste que ahora se valore más a esa gente que a una persona. ''Cuando lo malo sea motivo de admiración y lo bueno motivo de burla, empezad a preocuparos" Bien, creo que ya podemos empezar. Si nos adentramos en ambas palabras, también podríamos sacar varios ejemplos más. Gente disfrazada de personas y personas disfrazadas de gente, pues muchos se preocupan más en parecer que en ser. Otra pena. La gente suele creerse más que las personas: "Los gigantes se creen gigantes porque no tienen la capacidad de verse de lejos". Una persona tiene la capacidad de contemplarse en la distancia, valorar su posición y actuar conforme a ella. Unas veces se equivoca, y otras vence, pero es en la adversidad donde conocemos nuestros recursos para hacer uso de ellos. Solamente hay que aprender a utilizarlos y a la hora de hacerlo, una persona juega con más ventaja de la que la gente cree tener...Tú decides en que bando quieres estar... 
Yo, sinceramente, creo no estar en ninguno de ellos...simplemente eso es algo que debéis atribuirme vosotros, pues no soy quién para considerarme ni una ni otra.

@MariaTBLennon

sábado, 25 de enero de 2014

La música.

Hoy voy a hablar de ese bien tan grande, apreciado y querido por todos nosotros: La música.
No podía tener un blog sin dedicarle toda una entrada a ella, a la que tanto debo.
Sin embargo, la música es algo que no se puede explicar con palabras. Al igual que las palabras no se pueden explicar del todo con música. No puede ser explicada porque es superior a la palabra (ese caos ordenado u orden caótico-como prefiráis llamarlo-de las palabras y la música). Cualquiera diría que la música es simple música y puede que sea verdad. Pero en mi opinión, la música es algo más, es la explicación de lo que no tiene explicación. Trata de explicar lo que ya está ahí: el mundo, la belleza, la razón de las cosas, abarcando todos los sentimientos posibles y engrandeciendo a su vez ese bien tan grande y despreciado como la vida. No hacemos música; explicamos esas cosas.

Admiro a todas esas personas capaces de hacer música, y no sólo hacerla si no sentirla en su propia piel. Esas personas que al tocar se tocan a ellas mismas, justo en el centro del corazón y del alma. Un alma antes inexistente, que se crea y se reinventa con cada nota. Yo, personalmente, utilizo la música para todo, para cuando estoy triste, en cuyo caso me pongo los auriculares, cierro los ojos y contengo entonces la respiración, dejo que mi sangre se haga música, me olvido del oxígeno, llego hasta la pequeña muerte, entregada a la tristeza de las notas más apagadas y los tiempos más lentos y me desgarro. Adoro esa sensación, cuándo toco o simplemente cuando la escucho. Es como escapar de uno mismo por un momento para fundirte con el mundo, con el universo. Muchos músicos han sentido eso cuando tocaban. Es el sentimiento oceánico. A veces, hasta yo misma sentía que el mundo desaparecía mientras tocaba. Entonces sólo había música. La música que alguien había escrito, ya sea cien o doscientos años atrás, pero que de pronto también era mía, sin partitura, sin códigos: sólo música a mi alrededor, debajo de mí, encima de mí, dentro de mí. Y no solamente cuando estoy triste, cuando estoy alegre la música acompaña mi alegría, capaz de multiplicarla tantas veces como sea posible. Cuando me enfado con el mundo, es capaz de sacar toda la rabia de dentro de mí, y en este caso dividirla hasta disolverla en cenizas. En resumen, no hay músicas ni géneros, sino música, la música. ¿Qué sería de mí sin ella? Absolutamente nada, la jodida nada. Es una pena que actualmente todo lo que se escucha en radios y discotecas sume menos música que cualquier jodida nota escrita en anteriores generaciones. Claramente, me equivoqué de época...y de vida.

@MariaTBLennon

jueves, 2 de enero de 2014

Papel lila.

Esto no es otra carta de amor, de las muchas que acaban arrugadas y en un rincón sin ser enviadas.
Esto no es otra inútil queja para cambiar el mundo, ya que no tendría resultado alguno reflejada en un simple papel.
Tampoco es la historia de mi vida, como ya dije: incompleta y desordenada.
Solamente es una persona más escribiendo sus pensamientos y reflexiones en un pedazo de papel (pues si no lo hago quizá acabara loca, más, o necesitando un jodido psicólogo), quizá sin nunca ser oídas, haciendo eco en la humanidad. Ideas desaprovechadas, palabras que merecen ser escuchadas por alguien alguna vez en la vida.

En muchos casos, palabras carentes de sentido (quizá estas sean un ejemplo) o en otros tengan más del que parece. Casos en los que son capaces de atravesar tu mente y quedarse ahí, como ''okupas'' a los que es imposible echar y casos en los que recorren todos los caminos de tu mente para ir a parar a la calle del olvido. Pueden dejar huellas imborrables o simples borrones.

Es una pena que muchas de estas se queden sólo en lo que son, palabras, sin llegar a cobrar ese sentido que las hace tan especiales, cuando podrían dar lugar a ideas o incluso cambiarte la vida, ya que para cambiar el mundo haría falta mucho más, miles y miles de ellas quizá y ni así se podría. Es triste. ¿Nunca os habéis parado a pensar, que tal vez, cuando el viento sopla, son sólo cientos de palabras, ideas y demás flotando en el aire? Puede que sirvan para algo al fin y al cabo, a parte de para hacer un jodido lío en tu cabeza y dar vueltas sin parar.
Es increíble todo lo que pueden hacer, el poder de una palabra es infinito, nunca se sabe su límite. A veces, una jodida palabra duele más que cualquier puñetazo de cualquier cretino, de los muchos que hay, y dejan un moratón más grande, pero no de los que se ven a simple vista, si no de los que dejan huella para siempre.

Puede que este papel sea sólo otro de los que acaban desgastados por el tiempo y puede que estas palabras sean de las muchas que acaben en esa calle del olvido, amontonadas, o simplemente flotando en el aire, creando el viento más fuerte visto nunca, devolviendo su eco. No lo sé, nunca se sabe. Lo que si sé es que acabaré esté papel y no escribiré más en él, ya no. Escribiré en el aire.