domingo, 12 de junio de 2016

Caducado.

Creo.
Que aún no he conseguido acostumbrarme a la distancia.

Y que aún no me he atrevido a hablar demasiado en voz alta de ella 
ni a plasmarla en mis notas.
La estación se ha convertido en el sitio que más amo y odio a la vez.
Pero siempre estaría dispuesta a coger todos los trenes que me llevaran a ti, 
a cualquier hora de cualquier día.

Y es que es la primavera la que no ha vuelto a mi cama desde que no me rozan tus pies, 
las sábanas se han quedado heladas, 
y no consigo hacer que nada florezca si no son mis manos en tu pelo.

No he conseguido hablar de la distancia 
por miedo a que me den ganas de mandar a la mierda el calendario 
y tirar a la basura todos los recuerdos que nos quedan.

Pero luego recuerdo nuestros abrazos tras un tiempo sin vernos y se me pasa.
Has conseguido que el tiempo transcurra lento 
y se pare cada vez que te echo de menos y sé que mañana y mañana 
- y mañana -también.

Y no consigo borrar esa sensación en las despedidas de que va a ser la última vez 
que pueda tocarte por más que me frote los ojos.
Aún así intento impedir que se me emborrone más la vista 
y no pueda ver cómo dices: "pronto nos volveremos a ver",
mientras yo me muerdo la lengua para no decir: "quédate un rato más".

Que sí.
Que a veces los días parecen años.
Que sólo obtengo palabras en una pantalla cuando necesito un hombro en el que apoyarme.
Que a veces las lágrimas desbordan y no puedo retener más tiempo dentro de mí.
Que se acumulan los kilómetros y cada vez siento perder más gasolina.

Pero no sería capaz de imaginarme ni un solo segundo que no haya gastado a tu lado.
Por muy lejos que quede todo.
Te siento cerca.

Aunque de repente te vuelvas noche, dobles las distancias, y me sienta luna.
Porque siempre vuelves a dar luz.
Y me sobra todo lo que venga después del tú y del yo.

Y  es que, la verdad, nunca cambiaría ni uno de todos los días al mes a tu lado, por cientos de días contiguos sin ti.

@MariaTBLennon

viernes, 3 de junio de 2016

Ruido.

Siento que las palabras se me desbordan de la boca.
Pero guardo tanto ruido dentro que solo me sale gritar.

No soy capaz de superar las despedidas,
y aún resuenan en mí todos los portazos de las personas que ya nunca seré.

Guardo un minuto de silencio
por cada nuevo por qué
y he llegado al punto de quedarme muda.

Quiero borrar todas las vidas que nunca tuve,
que me fueron arrebatadas.

Quiero apartar los recuerdos que ya no me sirven.
Que debieron caer al vacío de la inexistencia porque "así debe ser".

Aceptar que la memoria es tan sólo otro punto débil,
donde tú misma sabes bien cómo atacar.

Que los días, que las noches,
no son reversibles.
Que no puedes rebobinar como si de una película se tratase.

Que lo que se fue, ya no volverá.
Que no puedes repetir nada en un bucle sin final.

Que perder siempre ha formado parte del juego,
y a ti siempre te ha tocado jugar
con
la
baraja
trucada.

@MariaTBLennon