viernes, 21 de julio de 2017

Amor y rabia.

Durante estos últimos años he reflexionado muchísimo, 
he visto como mi vida avanzaba y sobre todo, 
se estancaba, 
desde todos los ángulos y perspectivas posibles.
He auto-evaluado cada situación, cada progreso, 
cada infortunio, cada quizás y cada por qué.
Y a día de hoy sigo sin lograr todas las respuestas.

He aprendido que a veces, 
la persona que más quieres puede ser la que más te daña.
Que por mucho que reces a un dios invisible lo que no es para tí, 
tarde o temprano se te escapará de las manos.
Y que al igual que todo llega, todo pasa.

En un abrir y cerrar de ojos, 
tu mundo puede tambalear 
y no podrás hacer nada por evitar su derrumbe.

Pero si algo he aprendido es 
que debemos desprendernos del pesar de cargar con una culpa que no nos pertenece.
De los fantasmas del pasado.
No puedes culparte de algo que salió mal, a pesar de haber luchado por ello, 
porque ya estaba predestinado a morir desde que nació.

Nunca te quedes con la duda y arriesga aunque pierdas, 
porque en tu conciencia quedará que por lo menos, lo diste todo.
Aunque somos autodestructivos por naturaleza 
y acabaremos por encontrar cualquier pretexto que rechace la teoría.

He aprendido que siempre quedarán dos opciones, 
que podrás elegir entre dos caminos;
hundirte mientras ves como caen los escombros,
o comenzar a reunirlos uno a uno,
lo cual requiere paciencia y tiempo,
hasta volver a construir tu mundo desde las cenizas, 
para volver a estar completa,
quizá más rota,
pero más fuerte.

Que los cuentos de hadas no existen, y la perfección es solo una utopía más a tus espaldas.

He aprendido que de los sabores más amargos surgen los más dulces.
Que la meta es el destino y no el fin. 
Que los finales son puros principios, 
o que quizá nunca fueron un final y esperan camuflados, volver a empezar.

Que lo importante no es aterrizar si no el vuelo.
Es crecer, y ser la mejor versión de uno mismo.
Es avanzar desde los cimientos hasta crear tus propios pilares.

Es quererte y aceptarte, con la fuerza de un mar que nace y desemboca en ti.
Solo en ti.
Con el amor y la rabia con que rompen las olas.