domingo, 5 de diciembre de 2021

Recordatorio.

Sé que has tocado fondo y que tu barco se dirige a la deriva, pero estoy segura de que vas a retomar el timón porque siempre lo has hecho, y lo vas a encaminar a un camino mejor. 

No estás sola, tienes gente que aún ve lo bueno que hay en ti aunque tú ya no lo veas, que va a dar los pasos que tú des. Siempre hacia delante, sin mirar lo que dejas atrás. Porque el pasado no ha dejado de perseguirte y cada vez vas sumando más fantasmas a tus espaldas. Déjalos ir. Deja que se vayan. Ya te han ofrecido todo lo que tenían para ofrecerte y te han enseñado todas las lecciones que te tenían que enseñar. 

No sientas culpa, ni remordimiento por nada, has hecho justo lo que tenías que hacer en cada momento, no te juzgues, no seas dura contigo misma porque ya bastante te va a castigar la vida como para causarte la mayor parte de los males. 

No tengas miedo, que venga lo que tenga que venir porque le vas a hacer frente, repito, como siempre. Eres fuerte, siempre lo has sido. Permítete flaquear un momento, sentirte débil pero no por mucho tiempo, porque tú has nacido para ganar, no para rendirte incluso antes de empezar. 

Sé que hemos pasado algunos baches últimamente pero sé que las cosas van a mejorar, ya lo están haciendo, mira a tu alrededor, los cambios dan miedo, es normal, pero casi siempre son buenos.

 Vive como quieres vivir, y no permitas malgastar ni un segundo viviendo como otros han querido o dejando la vida pasar sin más. No te limites a mirar, actua. Los cambios nacen de dentro y te vas a reinventar, porque tras esta versión de ti, nacerá una mucho mejor, más valiente y más fuerte, más capaz. 

Es hora de que vayas siendo consciente de las alas que te cuelgan y empieces a volar. Porque nadie lo va a hacer por ti.

Brindemos juntas con este mal trago y olvidemos todo lo ocurrido en esta noche tan larga, porque ya es hora de que el sol salga por tu ventana.

viernes, 21 de mayo de 2021

Amor y literatura.

Hoy, quiero agradecer a todos los pedazos que nos hicieron posibles. 
Hacerle una reverencia a todas las identidades que me trajeron hasta aquí, 
para reivindicarnos y proclamarnos héroes de todos los misterios que están por llegar.


Quiero agradecer al tiempo pausado que se posó en estas manos repletas de nada; 

a la sintonía que dio sentido a una vida armónica; 

al efecto mariposa que unió nuestras puertas, 

y nos dio el beneficio de la tempestad.


A estas alas que me dieron impulso hasta tu cielo para fundirme contigo.


Que bonito es mirar el futuro desde tus ojitos cansados.

Peinar las mañanas amanecidas en camas deshechas.

Adoptar nuestras propias manías.

Enamorarnos de todos nuestros defectos.

Picarnos en una lucha para ver quién es más cabezota y descojonarnos después por ser gilipollas.

Que sean mis ganas de comerte lo que te sacie las ganas, y mis besos los que te quiten el hambre.


Tu risa como remedio a todas las preguntas que me hace la tristeza cada noche.

Tus manos calientes como combustible para prenderle fuego a todo y arder contigo.

Querernos como animales sin domesticar, que nos desborde el amor y las ganas.


Cuando te conocí entendí de que hablaba Neruda la noche que escribió sus versos más tristes.

Entendí cómo, según Lorca, una voz podía regar la duna de mi pecho.

Pues conseguiste hacer de mis cenizas, polvo enamorado, de ese que Quevedo envidiaría.


Entendí que contigo quiero estar mientras proyecte sombra mi cuerpo, al igual que Machado,

pues eres la sed y el agua en mi camino.

Los dados eternos de Vallejo dieron por fin, su mejor cara, 

y contigo ya no importan qué tan fuertes fuesen los golpes en mi vida.

Ni siquiera me importa, con mis ojos, no ver en el camino, 

si como Unamuno, los tuyos dan luz a los míos y lo alumbran todo. 

Porque como decía Lope; "quien lleva al sol consigo, ya no teme a la noche".


Entendí que echarme en tu alma dormida era sorprender el secreto del centro del mundo, 

y ahora, el mundo entero tiene ese rumor de primavera del que hablaba Juan Ramón Jimenez.

Porque he hundido en tu boca mi vida 

y el infinito de Miguel Hernández sobre mí se ha volcado.


Porque la primera vez que te tendí la mano, 

la apretaste y retuviste, 

y sentí que mi cuerpo había vivido hasta ese instante mudo y sin música.


Y ahora, como Galeano, tengo esta necesidad imperiosa de decir que contigo 

soy más feliz de lo que en los libros dice que se puede.


miércoles, 27 de enero de 2021

La pesadilla de una bestia.

«¿es que yo soy? ¿ verdad que sí ?
¿no es verdad que yo existo
y no soy la pesadilla de una bestia?».

    Alejandra Pizarnik.



Roto,

rotos los pedazos que inventamos para no volver a ser todo aquello que fuimos,

rotos los inviernos que nos vieron crecer y llenaron de cicatrices nuestras rodillas,

que nos helaron los huesos para después refugiarnos en el calor de una sombra.


Rotos los vocablos mudos, 

el caos incipiente, 

la necesidad imperante de callar porque sí, 

cuando los gritos resuenan entre las costillas.


Roto el brillo siempre titileante de mi estrella fugaz, 

insidioso gira el reloj que nos espera al final del final de nuestros días.


Roto el camino interminable que cerciora la paz 

que juega al escondite con nosotros, 

el vaho del cristal que nos asegura que seguimos vivos, 

que seguimos respirando,

bailando al son de un compás maldito, estrangulado y caprichoso.


Hoy el cielo se ha desteñido en frágiles gotas pálidas, 

caen sobre tu rostro para decirte que solo eres un engranaje minúsculo del mecanismo, 

que seguiría funcionando sin ti, 

si comparas el desbordante cosmos que te rodea, 

frente a tu humana naturaleza de inminente extinción. 

 

Hoy te sientes opaca y abstracta, 

como si la luz no pudiese pasar a través de ti, 

dejándote llena de colores ennegrecidos y dispersos, 

repartidos por el marco de tus huellas borradas.


¿Dónde está el dorado ardor de tus pupilas? 

¿se ha perdido en el mar helado y vertiginoso de tu soledad?

¿o sigue ahí balanceándose entre el límite del precipicio y la reminiscencia de tu calor?


Todo está bien, todo va a estar bien

me digo desde el sueño lejano 

que no consigue despertarme de la pesadilla 

de una bestia.