jueves, 6 de agosto de 2015

Quizás...

Una mirada furtiva.
Un amor pasajero.
Levantas levemente la vista de tu copa rota,
y la posas en mis ojos vacíos.

Llenas de vida el instante en el que habito.
Y me cubre la emoción de las palabras no dichas,
flotando alrededor,
esperando una respuesta.

Esperando que alguien dé el primer paso,
se atreva a agarrarlas y proyectarlas sin miramientos;
hacia el centro de este ataque.

Esperando que hagan su efecto.
A sabiendas de que lo hará.
Esperando que otra de aquellas miradas se abalance,
y alguna sonrisa tome la iniciativa.

Esperando una señal que nunca llega,
porque la dejamos pasar.
Porque de esperar, la cosas pasan de largo.

Y porque a veces hay que retorcerse por dentro y actuar.
Morder la vida con todas tus ganas,
sin miedo a equivocarse.

Y así fue como un cruce de miradas
ocultó la conexión infinita de dos preguntas sin respuesta;
por no llegarse a formular.

Y así fue como cada uno prosiguió su camino,
con el pensamiento equivocado.
Y guardando en las manos todo lo que nunca llegó a sucederse.

@MariaTBLennon

¿Y por qué no?

¿Y si no nos hemos parado a pensar que quizás, lo bueno, está donde no miras, aquello en lo que no te sueles fijar o que no te alcanza la vista?
En lo más insignificante pero aún así completo del todo.
Una vez que te cansas de conformarte con el pesimismo que te dejan las horas muertas del reloj;
empiezas a esperar tanto de la vida que no te cabe el mundo en un abrazo.

Una vez que empiezas a arrancarte los puñales uno a uno y te cansas de llevarlos siempre a cuestas, los lanzas tan lejos que sanan por sí solos.

Una vez que te cansas de resignarte negando todo lo que llega hacia ti por si te daña. 
Negando el propio hecho de ser.
Comienzas a comprender tan nítidamente, que no entiendes como siempre estuvo ahí.
Porque un día, dejas de luchar contra el dolor, porque te das cuenta, que este, no desaparece. Si no, que este, acaba por comprenderse, y te comprendes. 
Porque necesitas saber de la herida y acompañarte hasta dar con su cauce y causa. Porque no eres nada sin ella. 
Porque forma parte de ti, y es parte de tu historia. Y no puedes negar una parte de ti misma.

Porque llega un momento que se camufla y se funde, y deja de doler para simplemente estar. Y ni la notas.
Aunque sea cierto que a veces no se puede evitar, que hay veces que las heridas también se abren. Y debes ocuparte de que vuelvan a cerrar.
También es cierto que es necesario que pase, que es necesario el golpe para conocer la caída y la importancia de estar en pie.

Porque si no, la vida se convertiría en una enfermedad, en la rutina crónica de quien la ve pasar sin sobresaltos, y se contenta con ella. En aquel que ha olvidado las sombras pero olvidando la importancia de la luz.

Y es en esos momentos cuando te das cuenta de todas las cosas que no viste, que no entendiste cuando la felicidad llamaba a tu puerta y dejaba un mensaje en tu contestador. 
Porque de todo lo malo, no todo es malo.
Ni de todo lo bueno, todo es bueno.

A veces no sé qué es lo que realmente se necesita para que todo este bien,
o qué cojones es lo que falta.
Yo siempre imagino que todo lo que sale o ha salido mal es porque no tenía que ver contigo o no era para ti. Porque aprendiste lo que debías de ello.

Supongo que algún día nos daremos cuenta de lo que realmente importa de verás, 
y sabremos sobrellevarlo.
Pero tampoco es plan de hacerse el muerto mientras miras como te caen los pedazos, y lo permites. 
Porque todo lo que se pueda nadar a contracorriente, que se nade.
Y de alguna forma llegarás a algún sitio, no importa cuándo, ni dónde.

Porque no merece la pena decidir en el infierno que te quemas,
 si no en el suelo del que renaces, sin echar raíces.

Yo creo que no hay situación que no tenga alguna puerta de salida,
 escondida, 
más cerca de lo que pensamos.
Sólo que nos cuesta encontrarla demasiado o que directamente nos rendimos;
y nos encerramos en cualquier habitación sin ventanas y llena de paredes.
Pero la llave está ahí, en alguna parte. 
O que quizás estás en la cerradura o en la puerta equivocada.

Pero claro está, una cosa es poder encontrarla y otra es querer.

Porque si no quieres encontrarla, ten por claro que nunca podrás hacerlo.



@MariaTBLennon