lunes, 27 de octubre de 2014

Another day.

Estar...parado, sentado, mirando...preguntándote si la vida es algo así como un cúmulo de sensaciones o experiencias o todo junto, si es una mezcla entre aquello que queremos ser, aquello que decimos que queremos ser o aquello que somos (o fuimos). No consigo encontrarme entre la gente, en este camino que ahoga de baches y curvas, a medio gas...Me he perdido en mi propia piel, ni siquiera es la mía.

Arreglando cuentas, saldando errores, y nunca terminan de cuadrar, cada nuevo número sobrepasa un límite inesperado, desconocido.
Investigas, inspeccionando, que ha podido salir mal o mejor dicho que es lo que ha salido bien. Aprendes, te levantas, sufres.

El dolor está ahí, solamente cambia de estado. Cada día se disfraza de un color distinto y a veces (muy a menudo) suele repetir prenda constantemente. Saber que nada está escrito, o quizás todo lo esté, quizás está en mi mano hacerlo. El jodido blanco y negro, el jodido blanco y negro que oscurece

La verdad es una mentira a largo plazo y la mentira una verdad inconsciente, de esas que acaban quemando en tu propia llama. Cruzar límites, jugártela, apostar todo a nada y perder. O ganar, quién sabe. Solo sé que la distancia es eso que no nos atrevemos a mirar por miedo a quedarnos lejos. La soledad es ese miedo a desaparecer. Tachar mapas. Trazarlos. Encontrarse. Perderse. Encontrarse. Y continuar tu camino. Y prosperar. Y sentir. Y cambiar. Y conseguir. Y vivir. Y nunca, nunca, mirar atrás.

O no.