jueves, 13 de febrero de 2014

"Personas" y "gente".

Aunque parezca lo mismo, para mí, ambos son dos conceptos totalmente diferentes. "Persona" es algo así como la cara buena de una moneda. Cara o cruz. "Gente" es la parte opuesta, la cruz en mi lista de tachones imborrables. Siempre que quiero referirme a alguien en concreto, intento diferenciar entre una cosa u otra. No soy muy partidaria de las clasificaciones sociales, pero no creo que esto se considere como tal. Mi mente va clasificando uno a uno, personas y gente, continuamente. Si te paras a pensar, "gente" no es una palabra especial, es igual tanto en plural como en singular, abarca a todos, algo común. Suena a una especie de palabra despectiva. Gentuza. Por el contrario, "persona" suena totalmente diferente, es como si se refiriera a alguien en concreto, más especial, suena a variedad, cada persona es un mundo. Es triste que ahora se valore más a esa gente que a una persona. ''Cuando lo malo sea motivo de admiración y lo bueno motivo de burla, empezad a preocuparos" Bien, creo que ya podemos empezar. Si nos adentramos en ambas palabras, también podríamos sacar varios ejemplos más. Gente disfrazada de personas y personas disfrazadas de gente, pues muchos se preocupan más en parecer que en ser. Otra pena. La gente suele creerse más que las personas: "Los gigantes se creen gigantes porque no tienen la capacidad de verse de lejos". Una persona tiene la capacidad de contemplarse en la distancia, valorar su posición y actuar conforme a ella. Unas veces se equivoca, y otras vence, pero es en la adversidad donde conocemos nuestros recursos para hacer uso de ellos. Solamente hay que aprender a utilizarlos y a la hora de hacerlo, una persona juega con más ventaja de la que la gente cree tener...Tú decides en que bando quieres estar... 
Yo, sinceramente, creo no estar en ninguno de ellos...simplemente eso es algo que debéis atribuirme vosotros, pues no soy quién para considerarme ni una ni otra.

@MariaTBLennon

No hay comentarios:

Publicar un comentario