sábado, 21 de diciembre de 2013

Mi voluntad.

Harta de llenar mi cabeza de pensamientos inútiles carentes de bases apropiadas, he decidido crear este absurdo blog, aún os juro que no tengo ni puñetera idea del por qué lo he hecho, pues supongo que mis pensamientos no tendrán la más mínima importancia para muchos de vosotros, pero ¿sabéis qué? Me la suda. Creo que es una buena manera de desahogar mi mente y reflejarme en mi propio espejo. Y si hay alguna persona dispuesta a leerme y más aún que pueda llegar a sentirse identificada con cualquiera de mis escritos, de verdad que los compadezco, a parte de agradecérselo infinitamente. Bien, esta es la pregunta: ¿Quién coño soy yo? Creo que eso es algo que ni siquiera yo misma lo pueda contestar. No es que no tenga claro mis ideales, es que no los tengo ni perfilados ni totalmente definidos. Pienso que una persona nunca deja de crecer y nunca deja de definirse, jamás. Nunca llegamos a conocer nuestros límites. Aún continuo definiendo mi personalidad y he de decir que el camino que toma no me desagrada. En mi opinión, uno nunca es nada en concreto, uno nunca deja de ser. Con los años y la experiencia se va cambiando. Digamos que lo único que de verdad llegamos a tener claro en la vida es nuestro nombre pero no lo que hay detrás de él. Aún carezco de la suficiente experiencia como para hablar de mi vida. Pero soy persona, pienso, luego existo. Cansada de la estupidez comencé a escribir y comencé a hablar de ella, quizá os parezca una estúpida por el mero hecho de estar ahora mismo escribiendo estas palabras, o quizá lleguéis a odiarme, o como más bien creo no lleguéis a entender lo que quiero decir, pues ni yo misma a veces me entiendo. Me justificaré (y odio justificarme) diciendo que simplemente son cosas que en mi cabeza cobran sentido, y que al decirlas parece que he dicho la mayor estupidez dicha nunca pero en mi cabeza seguirá teniendo ese sentido. Para aquellos que logren encontrárselo, los felicito. Creo que no me queda mucho más por decir salvo que nunca dejéis que nada ni nadie os cambie a no ser que os sirva para crecer personalmente (algo que seguro os habrán dicho millones de veces). Para los que tengan los ojos cerrados, abridlos, por dios. Para los que ya los tengan abiertos, no dejéis que os los cierren. Y para el resto y para todos vosotros vivid la vida como si cada hora y cada segundo fueran a quitárosla. Cada parte de ella os pertenece, recordad que es vuestra elección hacer lo que os venga en gana con ella, tú mismo eliges ser todo o ser nada, y os aseguro que a veces la nada puede llegar a ser un auténtico todo.

@MariaTBLennon

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