viernes, 8 de enero de 2016

Preguntas.

Me pregunto si llegaste a coger aquel tren, ese que te llevaba al centro de ti misma y paraba en los suburbios, recogiendo todas las cosas que aún te dolían.

Me pregunto si las solucionaste.
Si supiste salir de aquel pozo sin fondo y echarte una mano.

Me pregunto si conociste la verdad de las noches vacías, si alguien consiguió llenar tu cama y volvió a quedarse en los pies.
Me pregunto si conseguiste salir de aquella ciudad que tanto odiabas y tanto te sabía a roto, si conseguiste hacer de tus pasos algo más que un desastre.
Si aún sigues queriendo dar la vuelta al mundo.

Que a mi me bastaba un jodido segundo cuando te miraba.
Me pregunto si ahora la vida es menos complicada,
si realmente lograste deshacerte de aquel nudo en la garganta.
Si marcharme fue la mejor decisión.

Si aún guardas en tus manos las caricias que nunca me dabas.
Si sigues usando aquel carmín rojo de cuando me besabas.

Me pregunto si tus silencios siguen siendo tan largos, y tus esperas tan cortas,
si has conseguido que el ruido pare esta vez, o sigues acumulando guerras a tus espaldas.

Me pregunto si mantienes tus idas y venidas, si alguna vez realmente te sirvieron para algo.
Si las cosas ahora te salen bien, o sigues pensando que eres un error y que la felicidad nunca llama a tu puerta.

Me pregunto si al fin supiste decir que "no" cuando el miedo te miraba a la cara,
cuando creías que todo se acababa.
Si conseguiste mantener la llama y no salir corriendo esta vez.

Me pregunto de que huías cuando te decía que te quería,
si aún el cielo sigue abriéndose.

Si reconstruiste los cristales rotos de los platos que rompiste.
Y dejaste de clavártelos en los pies.
Si acompasaste los latidos al son de tu canción.

Me pregunto si aún le pides explicaciones a tus impulsos.
Si recuperaste el norte o preferiste dejarte llevar.
Me pregunto si lograste poner todo en su sitio, si ya te has decidido a vivir.
Si has aprendido a buscarte y te has encontrado, o ya te has dado por perdida.

Me pregunto si sigues teniendo resaca los viernes,
si sigues odiando los domingos o alguien los ha sabido mejorar.
Si aún te repugna la espuma del café de los lunes por la mañana.

Si sigues orgullosa de no encajar entre la gente, si sigues esperando algo de ti...
Me pregunto... que hubiera pasado si hubiéramos podido y querido a la vez.
Si ya has conseguido abrazarte sin quemarte la piel.
Me pregunto...
 si sigues guardando el corazón
 en aquella cajita, 
 que nunca me dejabas abrir.

@MariaTBLennon

viernes, 1 de enero de 2016

216.

Mañana nos veremos bailando tempestades desnudos en camas vacías, 
llenándonos la piel de huellas y ganas.

Contaremos amaneceres con los pies enredados 
y dejaremos que el sol alumbre cada gesto por hacer.

Haremos catástrofe de cada por qué, 
inundaremos las dudas bajo las sábanas, provocando un par de terremotos. 
Destruiremos todos los escalones que se pongan a nuestro paso.
Y pisaremos cada una de las cosas que nos hagan daño.

Leeré cada historia escrita en tus manos y espalda. 
Todos aquellos principios sin final. 
Y todos aquellos finales que nunca tuvieron principio.

Pienso sanar cada herida, borrar cada cicatriz a cada momento.
Perderemos las formas y las maneras,
y no nos dejaremos engañar por los caprichos del tiempo.  

Nos re-encontraremos en todas las estaciones 
y mandaremos a la mierda toda esta distancia.
Haremos que merezca la pena.
Y la alegría.

Nos gritaremos bajito todas esas canciones que sin saberlo nos conocen, 
y aquellas que aún no nos conocerán.
Qué no me importa vivir anclada a un calendario, 
y con la cabeza y el corazón en cuenta atrás. 
Porque valdrá la pena cada encuentro.

Que las despedidas duelen menos a sabiendas de un "volveré".
Que vuelvas, joder.
Que siempre vuelvas.
Que mañana sea hoy.
Y que hoy siga siendo mañana...

@MariaTBLennon

martes, 3 de noviembre de 2015

Gusanos.

He engañado tantas veces a la madrugada que ya no sé distinguir cuándo sale el sol.

He bailado tantas veces a la luz de las velas que la luna siempre me sabrá a poco.

He luchado contra gigantes que me hacían creer que no lo era, y aún así me hacían inmensa en medio de una multitud que no me aportaba nada.       
Y aprendí a camuflarme entre las sombras.

He sido herida de muerte y de tenerte.
De causa y de ocasión.

Y quizás el mundo no fuera tan grande como pensábamos, y mucho menos hecho a nuestra medida.
Quizás me olvidé de prevenir las balas y adelanté todas las caricias. 
Quizás se nos haya gastado la munición.

Puede que pecara de querer demasiado.
Me arriesgué a tener tu hueco vacío en el pecho y te quedaste a vivir en un sitio al que yo no llamaba hogar.

Y tantas mariposas distraídas han fallecido en tu mirada, 
que aún cubierto el árbol no florece,
        pues recordará por siempre que una vez, fue gusano.


@MariaTBLennon

domingo, 4 de octubre de 2015

Quedarse.

Yo, que estoy manchando todo de ti,
borrando un poco todo lo demás.
Llenando mi cama de corazones inertes que hace tiempo dejaron de sentir.

Yo, que no aprendo a contar las horas sin perder de vista el reloj.
Y me la juego en cada minuto en vano.

Yo, que espero algo más que una caricia vacía,
y una mirada atravesada.
Que espero algo más de una mente estancada en los recuerdos
de una vida pasajera.

Que ya no me encuentro en el espejo,
pero en tus ojos tampoco soy yo.
Y nada queda de mi reflejo, ni en los charcos de las calles.

Yo, que tengo dudas hasta de mi sombra,
y que escondo misterios que jamás
se podrán resolver.

Que guardo bajo 7 muros y 7 llaves
todas las cosas que nunca te dije,
y que no me atrevo a nombrar en voz alta,
para no concederles la tortura de la realidad.

Yo, que vivo con canciones resonando en mi cabeza,
que cortan más que la verdad.

Que le grito al viento para que deje de traerme tu olor.
Y llenarme los pulmones de algo más que de sucio alquitrán.

Yo, que consisto en un manojo de sábanas vacías,
camas deshechas,
y gestos sin expresión.

Yo, que no consigo deshacer el nudo de mi garganta,
y nunca me resultó tan difícil decir ''quédate''.

Que no recuerdo la última vez que la calma pasó por aquí y se quedó.
Que nada se queda.
Que nada.
Nunca.
Se queda.

@MariaTBLennon

lunes, 14 de septiembre de 2015

Mundo y Soledad.

Ella quería sostener el mundo en sus manos,
 abarcar mar, cielo y tierra entre pecho y espalda,
  buscando verdades en las calles.

Ella además insistía en sostener todos sus problemas,
 cargando el mundo a sus espaldas,
  y a cuestas, soportando todo su peso.
Siempre acababa exhausta de mentiras y engaños.

Concediendo un último pero continuo final deseo a la pena y sus catástrofes.
 Concediendo un poco de paz en las aceras y un poco más de guerra en su vida.

Pero no le importaba.
 No era consciente del dolor hasta que el mismo mundo,
  cansado de llorar tristezas,
  intoxicado de crudeza, maleza, y deshumanidad,
en sus manos ya resbaladizas,
 se quebró.

Y no quedaron restos en los escombros del tiempo,
 porque a veces...
  llevar el peso de un mundo acaba por aplastarte.





@MariaTBLennon

jueves, 6 de agosto de 2015

Quizás...

Una mirada furtiva.
Un amor pasajero.
Levantas levemente la vista de tu copa rota,
y la posas en mis ojos vacíos.

Llenas de vida el instante en el que habito.
Y me cubre la emoción de las palabras no dichas,
flotando alrededor,
esperando una respuesta.

Esperando que alguien dé el primer paso,
se atreva a agarrarlas y proyectarlas sin miramientos;
hacia el centro de este ataque.

Esperando que hagan su efecto.
A sabiendas de que lo hará.
Esperando que otra de aquellas miradas se abalance,
y alguna sonrisa tome la iniciativa.

Esperando una señal que nunca llega,
porque la dejamos pasar.
Porque de esperar, la cosas pasan de largo.

Y porque a veces hay que retorcerse por dentro y actuar.
Morder la vida con todas tus ganas,
sin miedo a equivocarse.

Y así fue como un cruce de miradas
ocultó la conexión infinita de dos preguntas sin respuesta;
por no llegarse a formular.

Y así fue como cada uno prosiguió su camino,
con el pensamiento equivocado.
Y guardando en las manos todo lo que nunca llegó a sucederse.

@MariaTBLennon

¿Y por qué no?

¿Y si no nos hemos parado a pensar que quizás, lo bueno, está donde no miras, aquello en lo que no te sueles fijar o que no te alcanza la vista?
En lo más insignificante pero aún así completo del todo.
Una vez que te cansas de conformarte con el pesimismo que te dejan las horas muertas del reloj;
empiezas a esperar tanto de la vida que no te cabe el mundo en un abrazo.

Una vez que empiezas a arrancarte los puñales uno a uno y te cansas de llevarlos siempre a cuestas, los lanzas tan lejos que sanan por sí solos.

Una vez que te cansas de resignarte negando todo lo que llega hacia ti por si te daña. 
Negando el propio hecho de ser.
Comienzas a comprender tan nítidamente, que no entiendes como siempre estuvo ahí.
Porque un día, dejas de luchar contra el dolor, porque te das cuenta, que este, no desaparece. Si no, que este, acaba por comprenderse, y te comprendes. 
Porque necesitas saber de la herida y acompañarte hasta dar con su cauce y causa. Porque no eres nada sin ella. 
Porque forma parte de ti, y es parte de tu historia. Y no puedes negar una parte de ti misma.

Porque llega un momento que se camufla y se funde, y deja de doler para simplemente estar. Y ni la notas.
Aunque sea cierto que a veces no se puede evitar, que hay veces que las heridas también se abren. Y debes ocuparte de que vuelvan a cerrar.
También es cierto que es necesario que pase, que es necesario el golpe para conocer la caída y la importancia de estar en pie.

Porque si no, la vida se convertiría en una enfermedad, en la rutina crónica de quien la ve pasar sin sobresaltos, y se contenta con ella. En aquel que ha olvidado las sombras pero olvidando la importancia de la luz.

Y es en esos momentos cuando te das cuenta de todas las cosas que no viste, que no entendiste cuando la felicidad llamaba a tu puerta y dejaba un mensaje en tu contestador. 
Porque de todo lo malo, no todo es malo.
Ni de todo lo bueno, todo es bueno.

A veces no sé qué es lo que realmente se necesita para que todo este bien,
o qué cojones es lo que falta.
Yo siempre imagino que todo lo que sale o ha salido mal es porque no tenía que ver contigo o no era para ti. Porque aprendiste lo que debías de ello.

Supongo que algún día nos daremos cuenta de lo que realmente importa de verás, 
y sabremos sobrellevarlo.
Pero tampoco es plan de hacerse el muerto mientras miras como te caen los pedazos, y lo permites. 
Porque todo lo que se pueda nadar a contracorriente, que se nade.
Y de alguna forma llegarás a algún sitio, no importa cuándo, ni dónde.

Porque no merece la pena decidir en el infierno que te quemas,
 si no en el suelo del que renaces, sin echar raíces.

Yo creo que no hay situación que no tenga alguna puerta de salida,
 escondida, 
más cerca de lo que pensamos.
Sólo que nos cuesta encontrarla demasiado o que directamente nos rendimos;
y nos encerramos en cualquier habitación sin ventanas y llena de paredes.
Pero la llave está ahí, en alguna parte. 
O que quizás estás en la cerradura o en la puerta equivocada.

Pero claro está, una cosa es poder encontrarla y otra es querer.

Porque si no quieres encontrarla, ten por claro que nunca podrás hacerlo.



@MariaTBLennon