abarcar mar, cielo y tierra entre pecho y espalda,
buscando verdades en las calles.
Ella además insistía en sostener todos sus problemas,
cargando el mundo a sus espaldas,
y a cuestas, soportando todo su peso.
Siempre acababa exhausta de mentiras y engaños.
Concediendo un último pero continuo final deseo a la pena y sus catástrofes.
Concediendo un poco de paz en las aceras y un poco más de guerra en su vida.
Pero no le importaba.
No era consciente del dolor hasta que el mismo mundo,
cansado de llorar tristezas,
intoxicado de crudeza, maleza, y deshumanidad,
en sus manos ya resbaladizas,
se quebró.
Y no quedaron restos en los escombros del tiempo,
porque a veces...
llevar el peso de un mundo acaba por aplastarte.
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@MariaTBLennon