Sé que has tocado fondo y que tu barco se dirige a la deriva, pero estoy segura de que vas a retomar el timón porque siempre lo has hecho, y lo vas a encaminar a un camino mejor.
No estás sola, tienes gente que aún ve lo bueno que hay en ti aunque tú ya no lo veas, que va a dar los pasos que tú des. Siempre hacia delante, sin mirar lo que dejas atrás. Porque el pasado no ha dejado de perseguirte y cada vez vas sumando más fantasmas a tus espaldas. Déjalos ir. Deja que se vayan. Ya te han ofrecido todo lo que tenían para ofrecerte y te han enseñado todas las lecciones que te tenían que enseñar.
No sientas culpa, ni remordimiento por nada, has hecho justo lo que tenías que hacer en cada momento, no te juzgues, no seas dura contigo misma porque ya bastante te va a castigar la vida como para causarte la mayor parte de los males.
No tengas miedo, que venga lo que tenga que venir porque le vas a hacer frente, repito, como siempre. Eres fuerte, siempre lo has sido. Permítete flaquear un momento, sentirte débil pero no por mucho tiempo, porque tú has nacido para ganar, no para rendirte incluso antes de empezar.
Sé que hemos pasado algunos baches últimamente pero sé que las cosas van a mejorar, ya lo están haciendo, mira a tu alrededor, los cambios dan miedo, es normal, pero casi siempre son buenos.
Vive como quieres vivir, y no permitas malgastar ni un segundo viviendo como otros han querido o dejando la vida pasar sin más. No te limites a mirar, actua. Los cambios nacen de dentro y te vas a reinventar, porque tras esta versión de ti, nacerá una mucho mejor, más valiente y más fuerte, más capaz.
Es hora de que vayas siendo consciente de las alas que te cuelgan y empieces a volar. Porque nadie lo va a hacer por ti.
Brindemos juntas con este mal trago y olvidemos todo lo ocurrido en esta noche tan larga, porque ya es hora de que el sol salga por tu ventana.
Hoy, quiero agradecer a todos los pedazos que nos hicieron posibles. Hacerle una reverencia a todas las identidades que me trajeron hasta aquí, para reivindicarnos y proclamarnos héroes de todos los misterios que están por llegar.
Quiero agradecer al tiempo pausado que se posó en estas manos repletas de nada;
a la sintonía que dio sentido a una vida armónica;
al efecto mariposa que unió nuestras puertas,
y nos dio el beneficio de la tempestad.
A estas alas que me dieron impulso hasta tu cielo para fundirme contigo.
Que bonito es mirar el futuro desde tus ojitos cansados.
Peinar las mañanas amanecidas en camas deshechas.
Adoptar nuestras propias manías.
Enamorarnos de todos nuestros defectos.
Picarnos en una lucha para ver quién es más cabezota y descojonarnos después por ser gilipollas.
Que sean mis ganas de comerte lo que te sacie las ganas, y mis besos los que te quiten el hambre.
Tu risa como remedio a todas las preguntas que me hace la tristeza cada noche.
Tus manos calientes como combustible para prenderle fuego a todo y arder contigo.
Querernos como animales sin domesticar, que nos desborde el amor y las ganas.
Cuando te conocí entendí de que hablaba Neruda la noche que escribió sus versos más tristes.
Entendí cómo, según Lorca, una voz podía regar la duna de mi pecho.
Pues conseguiste hacer de mis cenizas, polvo enamorado, de ese que Quevedo envidiaría.
Entendí que contigo quiero estar mientras proyecte sombra mi cuerpo, al igual que Machado,
pues eres la sed y el agua en mi camino.
Los dados eternos de Vallejo dieron por fin, su mejor cara,
y contigo ya no importan qué tan fuertes fuesen los golpes en mi vida.
Ni siquiera me importa, con mis ojos, no ver en el camino,
si como Unamuno, los tuyos dan luz a los míos y lo alumbran todo.
Porque como decía Lope; "quien lleva al sol consigo, ya no teme a la noche".
Entendí que echarme en tu alma dormida era sorprender el secreto del centro del mundo,
y ahora, el mundo entero tiene ese rumor de primavera del que hablaba Juan Ramón Jimenez.
Porque he hundido en tu boca mi vida
y el infinito de Miguel Hernández sobre mí se ha volcado.
Porque la primera vez que te tendí la mano,
la apretaste y retuviste,
y sentí que mi cuerpo había vivido hasta ese instante mudo y sin música.
Y ahora, como Galeano, tengo esta necesidad imperiosa de decir que contigo
soy más feliz de lo que en los libros dice que se puede.
Mi cuerpo es un castillo en ruinas, perdona el desorden, no esperaba que nadie abriese la puerta, la última vez que la cerraron, el portazo fue tan fuerte que me dejó a solas con mi silencio, le di la bienvenida como si de un amable huésped se tratase, tantas veces que en ocasiones no se quiere marchar e inunda todas las paredes.
Perdona el desastre, aún no he terminado de amueblarme, todo estaba tan descolocado que intento hacer que vuelva a su sitio, o quizá buscarle uno mejor, uno donde entre más luz, no recordaba la última vez que se abrió una ventana.
Solían decir que se trataba de un castillo encantado, pues por aquí solo paseaban fantasmas, se habían instalado para quedarse, pero poco a poco los voy desterrando, este sitio vuelve a ser habitable y no queremos sustos. Gracias por la ayuda, algunos requieren la fuerza de dos porque ya me han robado mucha durante años.
A veces, destiñe azul, pese a haber pintado todo de otro color, se resiste a renunciar a su recuerdo. Nada que otra capa de pintura no arregle. He tapado, también algunas goteras, en otras, el agua nunca deja de caer, a veces tengo que mantenerme a flote porque mis pies no son capaces de tocar el suelo, otras nado para resistirme. Gracias por querer mojarte conmigo y traer el color.
El suelo solía crujir, andar por aquí se hacía insoportable, cada paso era pesado y ruidoso, un ruido que nunca dejaba de sonar, muchas veces paseaban todos los fantasmas a la vez y no se podía escuchar nada más que ruido, ahora mismo tan solo es un eco tenue, solo como una onda que se escucha de fondo, espero que no te moleste al dormir.
No es la primera vez que se derriba, ya lo había hecho muchas otras veces antes, puede que notes los desperfectos pues se ha reconstruido tantas veces que ya nunca podrá parecer nueva, como tapar una tirita con otra tirita, con otra tirita…Gracias por hacer que se cure.
Perdona por la humedad, esto ha estado cerrado a cal y canto, no paraba de inundarse cada vez que lloraba, al final tuve que dejar de llorar para empezar a resignarme.
La chimenea aún sigue funcionando, he limpiado toda la ceniza y solía darme calor las noches en las que el invierno se te mete en los huesos hasta en verano. Gracias por avivar el fuego y refugiarte en su calor, cada vez es más intenso.
Ahora todo vuelve a estar iluminado, nada de bombillas rotas ni persianas bajadas, esto estaba tan descuidado que el polvo había inundado hasta el último recoveco. Gracias por mantenerlo tan limpio que hasta he conseguido observar mi reflejo, había olvidado como era mirarme a los ojos y reconocerme.
Ahora las risas resuenan en el salón, la cocina huele a bizcocho recién hecho, los pájaros tararean su sintonía en el alféizar de la ventana, ha crecido todo un campo de flores en el jardín, el suelo ya no cruje, la chimenea calienta más que nunca, todas las noches duermo abrigada y descanso sin cansarme, me despierto con chocolate caliente y tostadas recién hechas, la puerta abierta de par en par, dejando pasar a las cosas buenas, los sofás vuelven a ser cómodos y la televisión ha vuelto a funcionar, he adornado las paredes de cuadros, espero que no te importe, el arte siempre debe abrirse paso frente a todo lo que duele.
Las reformas son duras pero lo bueno que tienen es que un día acaban, y sientes que todos los esfuerzos por hacer de aquel lugar un sitio bonito y acogedor han valido la pena, porque una vez instalado solo puedes mirarlo y pensar en una palabra: hogar. Gracias por construir un hogar conmigo.
Gracias por quedarte y llenar de vida este lugar, gracias por volver a hacerlo habitable.